Cómo improvisar un discurso
con éxito
En algún momento de nuestra vida, tanto a
nivel profesional como a nivel personal, nos hacen entrar en acción y tenemos
que improvisar un discurso como si pareciera que lo hubiéramos ensayado una y
otra vez. El secreto es saber improvisar con orden.
Con el siguiente formato se adquiere la
destreza que pocos dominan: hablar en el
momento. Dicho formato consta de 4 sencillos pasos:
1) Reformula el Tema
2) Da tu punto de vista
3) Muestra una evidencia
4) Sugiere una acción
2) Da tu punto de vista
3) Muestra una evidencia
4) Sugiere una acción
1) Reformula el tema: Cada vez que tengas que
hablar en público existe un tema central que deberás reformular para tomar el
control de la situación. Tal vez la mayoría de nosotros ante ese reto
comenzaríamos dando nuestra opinión, pero sería un error, ya que sólo
compartirías tus pensamientos.
Primero debes identificar el tema que
representa la esencia del problema que se discute.
Por ejemplo, el Sr. Gómez al que se le
pregunta:
“Sr.
Gómez, ¿cuál es su opinión acerca de las bajas ventas de la empresa y qué
sugiere?”
A lo cual, él podría responder de la
siguiente manera:
-“Considero
que este problema tiene que ver con la insatisfacción de nuestros clientes al
no cubrir nuestro servicio sus expectativas”.
De esta manera la respuesta del Sr. Gómez
comienza con la seguridad suficiente para interesar a la audiencia y continuar
escuchándole.
2) Da tu punto de vista: Debe ser conciso, fácil
de entender y difícil de malinterpretar. Te sugiero uses dos frases, si puedes
usar sólo una mucho mejor. Puedes empezar diciendo “Mi punto de vista es…” o
“La manera en que yo lo veo es…”.
Volviendo al ejemplo, el Sr. Gómez, éste
podría decir:
“Mi
punto de vista es que hemos descuidado la calidad de nuestro servicio y que con
ese factor en contra, en algunos años estaremos fuera del mercado si no
actuamos de inmediato”.
3) Muestra una evidencia: Tus palabras dejan de
ser una mera opinión cuando las acompañas de una evidencia que soporta su
validez. Aquí puedes apoyarte por una experiencia personal, analogías, citas
celebres, cifras y estadísticas, tú eliges.
Aquí es muy importante que hagas una buena
transición entre tus ideas y la evidencia a manera que se escuche muy natural.
Por ejemplo, ahora el Sr. Gómez podría continuar así:
“La
razón por la que pienso así es: Hace años trabajaba para una compañía que no se
preocupaba del índice de la satisfacción de sus clientes. De repente un nuevo
competidor entró al mercado, en menos de tres meses perdimos el 60% de nuestros
clientes. Al año, la empresa en la que trabajaba quebró y el nuevo competidor
continuó creciendo hasta la fecha”.
4) Sugiere una acción: Si la evidencia que
acabas de dar apoya fuertemente tu punto de vista, entonces la acción sugerida
es capaz de hacer un cierre espectacular. Aquí también no olvides utilizar una
frase de puenteo entre la evidencia y tu sugerencia.
Veamos lo que el Sr. Gómez pudiera agregar
para su conclusión:
“Esto
es lo que pienso que debemos hacer: compartir con todos los niveles de la
compañía los bajos índices de satisfacción de nuestros clientes para hacerlos
conscientes del problema. A su vez, crear un nuevo programa de capacitación que
tenga como meta elevar el índice de satisfacción actual. Por último, realizar
evaluaciones periódicas para conocer cuánto hemos avanzado.”
Si fueras tú el jefe del Sr. Gómez, ¿cómo
reaccionarías ante la certeza y objetividad de sus respuestas? Seguramente a
partir de esa reunión lo tomarías muy en cuenta para saber su opinión en temas
estratégicos de la empresa para conocer sus comentarios y sugerencias.
Espero que te ayude para prepararte ante
cualquier situación inesperada e improvisar un discurso con éxito.
Recuerda para poder improvisar es
necesario contar con una metodología y técnica adecuada. La práctica hace al maestro.
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